Monday, April 28, 2014

Quizás después de todo el Karma no sea el perro que la gente cree..


Uno siempre quiere pensar que es bueno, el protagonista de la película, el héroe. Cuando te pasan cosas malas en la vida, no dejas de victimizarte y cuestionarte el clásico “Por qué a mí?”.
Si tu pareja rompe contigo, esperas que se lo lleve el diablo, mas cuando usted, a su criterio, fue la mejor de las parejas, usted se considera tener el paquete completo, una diosa, la última Coca Cola del desierto. Por lo tanto, usted espera que su pareja sufra al darse cuenta del tesoro que perdió, te extrañe, que le empiece a ir mal en todos los sentidos y escenarios posibles. Usted está contando con que el Karma, sabio al fin, eventualmente (pero mejor lo antes posible) le de su merecido al susodicho.
Pero qué pasa cuando nada de esto ocurre? Cuando ves a tu ex pareja feliz y campante, como si se hubiese liberado de algún tipo de maleficio? Cuando tu pareja se le ve mejor sin ti,  en apariencia como en espíritu?
Ahí viene la interrogante de si el problema eras tu en realidad? Pero no puede ser porque según tú criterio, eras la protagonista! A ti, por el contrario, sólo te han ocurrido desavenencias, malos ratos, no la pegas con los taiguers, en fin, el plan no ha salido como esperabas. El Karma te ha quedado mal.

Como seres humanos egoístas que somos, esperabas ser la primera que se pavoneara con una nueva pareja, ser la primera que se viera regia y despampanante, la primera en postear una foto tuya con tu nuevo amor en tu foto de perfil; pero resultó que la realidad fue otra. Tu: 0 – Ex pareja: 3.
Entonces, te tiras de rodillas, mirando al cielo, con las manos en alto, mientras le preguntas al jodido Karma qué diablos está haciendo, le reprochas que si hay que recordarle que así no es que funciona el asunto. Le aclaras que tú eres la buena, la víctima, la doncella y que tu ex pareja es la maldad encarnada en un ser humano. Entonces por qué todo le sale bien y a ti no tan bien que digamos?

Luego, por un momento te pones a pensar y empiezas a repasar toda tu vida, a ver donde le hiciste daño a alguien o a algo y ahora el matatán, señor Karma, te las está cobrando todas. Será en esa ocasión que apretaste la panza de un gatito tan fuerte que le exprimiste toda la cacá? Será cuando tiraste al mismo gato de la segunda planta de tu casa? O porque no le diste dinero a ese pordiosero? Cuantos ratones has envenenado?  Le dijiste que no te limpiara al tipo que te tira la esponja antes que puedas darte cuenta para “limpiarte” el cristal del carro? Te reíste cuando alguien resbaló y cayó como una guanaba al suelo? No enviaste a 10 personas las cartas de los milagros en cadena? Le quitaste el novio a una amiga? Te metiste con un taiguer casado? Te comiste el culito del quipe de tu amigo (la parte mas buena)? No fuiste a misa lo suficiente? Te dieron cambio de más en el colmado y no lo devolviste? Te fajaste a las trompadas con alguien? No rezaste antes de acostarte? No adoptaste un perrito de la calle?... (Esta lista es solo enunciativa y no limitativa.)
Bueno, si es así, y el Karma considera algunas de estas razones válidas y suficientes para que estés viviendo tu calvario y que las cosas no hayan salido como has esperado, pues es tiempo de empezar a aceptar que usted no es ninguna blanca palomita, que la ha macado en reiteradas ocasiones y que pagará hasta el final de sus días, carcomiéndote por dentro mientras ves al otro feliz y contento. O quizás nunca sea tarde para recomenzar, pues la fe, según dicen, es lo último que se pierde. Quizás no te toque verlo ahora, pero lo chulo de la vida es que uno nunca sabe las vueltas que da, ni donde pararemos.
Así, que mientras eso suceda, suelte eso en banda, viva su vida, como dice una canción de Radiohead: “You can try the best you can… The best you can is good enough”. Trata de ser siempre la mejor versión de ti misma a lo que se averigua el caso. Quizás el Karma tiene muchos pendientes y está un poco retrasado con eso de la cobradera y tiene poco personal que le asista y que cuando ese momento llegue, estés ahí para disfrutarlo.