Friday, December 31, 2010

BUSCANDO VISA PARA UN SUEÑO.



Uno cree que no, pero buscar visa americana, solo de paseo, es una crujía traumática de principio a fin.
No les ha pasado que compran el famoso pin de los 15 minutos, que después de pasar por un laberinto de presione el 1 si es español y el 8 si es para visa de paseo, finalmente caes con el operador y de repente él no te escucha pero ya los minutos van corriendo? Entras en pánico y llamas de nuevo, pero una vez mas el tiguere no te escucha? Entonces esta vez lo que te iban a preguntar y a decir en quince minutos, te lo tienen que hacer en once; luego te cuestionas y te preguntas para tus adentros si lo que le dijiste al tipo o a la tipa era cierto o al menos acertado.
Lo más apero es que 6 de los famosos 15 minutos se le van al tipo explicándole a uno que no puede llevar al consulado beepers, celulares, ipods, faxs, blackberries, encendedoras, vibradores de ningún tipo, plato del día, sopa de nervios (para los que hacen la cita tempranito en la mañana); si tienes hijos, te lo ponen a dieta y te restringen la cantidad de leche y meriendas que puedes entrar y como es un negocio, para lo demás, existe la cafetería de la embajada. Elmo y Barney tampoco se les permite la entrada y más si hablan y tienen pilas.
Un punto positivo es que antes las citas eran programadas con mucho tiempo de antelación y la espera era veneno que le corroía las tripas a uno. Al menos ahora la espera es más corta y qué mejor que aplicar el dicho de “al mal paso darle prisa”.
Mientras llega ese día, uno se la pasa legalizando vainas aquí y allá a doquier, a veces inventando que gana un chin mas de lo que realmente gana, lo mas seguro un tío que te quiere mucho hasta puso una tierrita a nombre tuyo para cuando vayas a echarle cuava al cónsul de cuan solvente eres. Buscas carta del banco, de la cooperativa, le llevas hasta una carta de un pana que certifica que estás llevando un san con el, asociaciones deportivas, club de dominó y ajedréz, la matrícula del carro no puede faltar, títulos universitarios, de los cursos de etiqueta y protocolo, macramé, y punto de cruz que has tomado a través de los años, todo esto para que se den cuenta que no te quieres ir del país, pero tanto show para qué?
Y ni hablemos del formulario que hay que llenar por Internet. Es como leerse la colección completa de libros de Carlos Cuauhtémoc Sánchez, uno detrás del otro! Cuánto leer! Y cuánto contestar y pena de ti si te equivocas o no estás segura de algo, estas frita! (Creo que de ahí nacen los abogados consulares, te ayudan con eso y par de tips y se lo ganan frío). Si duras más de 10 minutos pensando en una respuesta, el asunto se reinicia y hay que empezar de nuevo; y la hora y media que tenías llenando el formulario le supo a nada a la embajada y hay que empezar de nuevo. No te preocupes, si no puedes subir una foto para agregarla al formulario, pon cualquier foto, (hasta a una de tu perrita Lassie), el te va a decir que esa foto no sirve para los fines y puedes ponerle la foto impresa que desees… vayas!
Bueno, llega el fatídico y esperado día. No se por qué mientras más lejos de Santo Domingo vives, mas temprano te ponen la cita. Así que uno empieza por madrugar, darse un tire (no puedes ir como un rulliío a buscar visa!!!) si tienes carro a llenar el tanque, de camino comerte un sándwich y una batida en Jacaranda, guardar el dinero del parqueador. Los buscones se te tiran como hienas; terminan lavándote el cerebro sobre la foto que te tiraste en el foto estudio de tu preferencia y te hacen pagar 200 cañas, por una foto cuadradota y fea que según ellos es la indicada, luego llega la que te guarda el celular, la que te llena el formulario, con una laptop DELL modelo 89 o 90, la que te grapa la foto cuadradota a tu formulario (libre de cargos), la que te guarda la cartera y así siguen llegando. Ah! No te atrevas  mientras haces la fila a esperar en una sombrita a la orilla de la pared lateral que colinda con una bomba de gasolina, porque de una vez viene un “swat” de esos y te quiere quitar.
Ok. Pues ya estamos pasando seguridad. Todo lo que mencioné anteriormente te lo quitan o te lo guardan en el punto de seguridad hasta que salgas. Te toman las famosas huellas y a esperar. Un punto positivo es que el tiempo de espera es mucho menor que el de antes.
Pero de repente te das cuenta que ese sándwich de Jacaranda ya anda lejos y que tienes mucha hambre, sabes que tienes un numerito del turno y que en cualquier momento te pueden llamar, sabes que la cafetería esta en el otro extremo y no habría forma de escuchar cuando te llamen, así que empiezas a ver nimitas porque no te atreves a irte muy lejos.
Te das cuenta de que tu hijo huele mal, que hizo la número dos y cuando vas al baño, sorpresa! No hay cambiadores, hay que improvisar en un banquito de madera que esta entre el baño de las damas y caballeros.
Al fin te llaman a ti, y a tu hijo semi limpio (si aplica). Empiezan las preguntas, contestas en monosílabos y de repente te pasan un papelito y el cónsul en un “broken spanish” te dice: - Usted no aplicar en esto momento para una visa americano- Y ahí sientes que se te cae el mundo encima, y las preguntas existencialistas empiezan a salir desgaritadas de tu cabeza: Por qué a miiiiii? Pero si yo no me quiero quedar pa’ llaa!! Me gusta mi país! No tengo necesidad de irme! Soy una persona preparada! No soy una jayaa! Al Cónsul le cogió conmigo. No debí decirle que no tengo familia allá cuando la mitad de mi familia vive allá ilegal. Cómo es que le dan residencia a gente apeada literalmente del lomo de una loma y a mi no me dan una visa? Y después afuera, todos los que con ilusión esperaban que salieras con una sonrisa de oreja a oreja, se dan cuenta de que tienes el moco pa’ bajo y te dicen para alentarte cosas como: - Ellos se lo pierden! Eso es una lotería! Y la verdad es que lo más seguro lo sea.
Yo fui una de esas personas que ha tenido problemas para sacar o renovar la visa. La segunda vez que volví a intentar buscar la visa para mi hijo, fui en jeans, mas cómoda y relajada. Cuando preguntaban algo, procuraba aprovechar y darle la mayor información posible. Fui sincera y al final quizá me vio cara que ya me daba igual, porque si bien Estados Unidos es un punto muy atractivo para viajar, en el mundo hay taantos países que están locos porque uno que otro dominicanito con sazón vaya y los visite o haga lo que hizo una doña, decente y de buena posición, que por mala suerte no le renovaron la visa cuando quería llevar a su nieta a los "Yunairets"; mandó al cónsul a freír tusas y le dijo que ella no se quería quedar en su país, que estaba demasiado bien aquí y que ella estaba "jarta" de que le negaran la visa. Pues créame que a la doña se la dieron.