Uno cree que no,
pero buscar visa americana, solo de paseo, es una crujía traumática de
principio a fin.
No les ha pasado que compran el famoso pin de los 15 minutos, que después
de pasar por un laberinto de presione el 1 si es español y el 8 si es para visa de paseo, finalmente caes con el operador y de
repente él no te escucha pero ya los minutos van
corriendo? Entras en pánico y llamas de nuevo, pero una vez mas el tiguere no
te escucha? Entonces esta vez lo que te iban a preguntar y a decir en quince
minutos, te lo tienen que hacer en once; luego te cuestionas y te preguntas
para tus adentros si lo que le dijiste al tipo o a la tipa era cierto o al
menos acertado.
Lo
más apero es que 6 de los famosos
15 minutos se le van al tipo explicándole a uno que no puede llevar al
consulado beepers, celulares, ipods, faxs, blackberries, encendedoras,
vibradores de ningún tipo, plato del día, sopa de nervios (para los que hacen
la cita tempranito en la mañana); si tienes hijos, te lo ponen a dieta y te
restringen la cantidad de leche y meriendas que puedes entrar y como es un
negocio, para lo demás, existe la cafetería de la embajada. Elmo y Barney
tampoco se les permite la entrada y más si hablan y tienen pilas.
Un
punto positivo es que antes las citas eran programadas con mucho tiempo de
antelación y la espera era veneno que le corroía las tripas a uno. Al menos
ahora la espera es más corta y qué
mejor que aplicar el dicho de “al mal paso darle prisa”.
Mientras
llega ese día, uno se la pasa legalizando vainas aquí y allá a doquier, a veces
inventando que gana un chin mas de lo que realmente gana, lo mas seguro un tío
que te quiere mucho hasta puso una tierrita a nombre tuyo para cuando vayas a
echarle cuava al cónsul de cuan
solvente eres. Buscas carta del banco, de la cooperativa, le llevas hasta una
carta de un pana que certifica que estás llevando un san con el, asociaciones
deportivas, club de dominó y ajedréz, la matrícula del carro no puede faltar,
títulos universitarios, de los cursos de etiqueta y protocolo, macramé, y punto de cruz que has tomado a
través de los años, todo esto para
que se den cuenta que no te quieres ir del país, pero tanto show para qué?
Y
ni hablemos del formulario que hay que llenar por Internet. Es como leerse la
colección completa de libros de Carlos Cuauhtémoc
Sánchez, uno detrás del otro! Cuánto leer! Y cuánto contestar y pena de ti si
te equivocas o no estás segura de algo, estas frita! (Creo que de ahí nacen los
abogados consulares, te ayudan con eso y par de tips y se lo ganan frío). Si
duras más de 10 minutos pensando en una respuesta, el asunto se reinicia y hay
que empezar de nuevo; y la hora y media que tenías llenando el formulario le
supo a nada a la embajada y hay que empezar de nuevo. No te preocupes, si no
puedes subir una foto para agregarla al formulario, pon cualquier foto, (hasta
a una de tu perrita Lassie), el te va a decir que esa foto no sirve para los
fines y puedes ponerle la foto impresa que desees… vayas!
Bueno, llega el fatídico y
esperado día. No se por qué mientras más lejos de Santo Domingo vives, mas
temprano te ponen la cita. Así que uno empieza por madrugar, darse un tire (no
puedes ir como un rulliío a buscar visa!!!) si tienes carro a llenar el tanque,
de camino comerte un sándwich y una batida en Jacaranda, guardar el dinero del
parqueador. Los buscones se te tiran como hienas; terminan lavándote el cerebro
sobre la foto que te tiraste en el foto estudio de
tu preferencia y te hacen pagar 200 cañas, por una foto cuadradota y fea que
según ellos es la indicada, luego llega la que te guarda el celular, la que te
llena el formulario, con una laptop DELL modelo 89 o 90, la que te grapa la foto
cuadradota a tu formulario (libre de cargos), la que te guarda la cartera y así siguen llegando. Ah! No te
atrevas mientras haces la fila a esperar
en una sombrita a la orilla de la pared lateral que colinda con una bomba de
gasolina, porque de una vez viene un “swat” de esos y te quiere quitar.
Ok. Pues ya estamos pasando
seguridad. Todo lo que mencioné anteriormente te lo quitan o te lo guardan en
el punto de seguridad hasta que salgas. Te toman las famosas huellas y
a esperar. Un punto positivo es que el tiempo de espera es mucho
menor que el de antes.
Pero de repente te das cuenta que
ese sándwich de Jacaranda ya anda lejos y que tienes mucha hambre, sabes que
tienes un numerito del turno y que en cualquier momento te pueden llamar, sabes
que la cafetería esta en el otro extremo y no habría forma de escuchar cuando
te llamen, así que empiezas a ver nimitas porque no te atreves a irte muy
lejos.
Te das cuenta de que tu hijo
huele mal, que hizo la número dos y cuando vas al baño,
sorpresa! No hay cambiadores, hay que improvisar en un banquito de madera que
esta entre el baño de las damas y caballeros.
Al fin te llaman a ti, y a tu
hijo semi limpio (si aplica). Empiezan las preguntas, contestas en monosílabos
y de repente te pasan un papelito y el cónsul en un
“broken spanish” te dice: - Usted no aplicar en esto momento para una visa
americano- Y ahí sientes que se te cae el mundo encima, y las preguntas
existencialistas empiezan a salir desgaritadas de tu cabeza: Por qué a miiiiii?
Pero si yo no me quiero quedar pa’ llaa!! Me gusta mi país! No tengo necesidad
de irme! Soy una persona preparada! No soy una jayaa! Al Cónsul le cogió
conmigo. No debí decirle que no tengo familia allá cuando la mitad de mi
familia vive allá ilegal. Cómo es que le dan residencia a gente apeada
literalmente del lomo de una loma y a mi no me dan una visa? Y después afuera,
todos los que con ilusión esperaban que salieras con una sonrisa de oreja a
oreja, se dan cuenta de que tienes el moco pa’ bajo y te dicen para alentarte
cosas como: - Ellos se lo pierden! Eso es una lotería! Y la verdad es que lo más
seguro lo sea.
Yo fui una de esas personas que ha tenido problemas para sacar o renovar la
visa. La segunda vez que volví a intentar buscar la visa para mi hijo, fui en jeans, mas cómoda y relajada.
Cuando preguntaban algo, procuraba aprovechar y darle la mayor información
posible. Fui sincera y al final quizá me vio cara que ya me daba igual, porque si bien
Estados Unidos es un punto muy atractivo para viajar, en el mundo hay taantos
países que están locos porque uno que otro dominicanito con sazón vaya y los
visite o haga lo que hizo una doña, decente y de buena posición, que por mala
suerte no le renovaron la visa cuando quería llevar a su nieta a los
"Yunairets"; mandó al cónsul a freír tusas y le dijo que ella no se
quería quedar en su país, que estaba demasiado bien aquí y que ella estaba
"jarta" de que le negaran la visa. Pues créame que a la doña se la dieron.
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